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martes, 8 de septiembre de 2015

Muchas y muy buenas razones para utilizar preservativo

Por increíble que parezca y a pesar de toda la información de la que disponemos, todavía hay gente en la actualidad que pone escusas de lo más variopintas para no utilizar preservativos. Lo peor de todo es que dentro de toda esa información aún podemos encontrar sitios donde nos desaconsejan su uso por ser pecado o por tratarse de un método que no es cien por cien efectivo a la hora de prevenir un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual.

Preservativo amarillo

Nuestros niños hoy nacen con una tablet bajo el brazo pero tenemos todo un ejército de adolescentes muy despistados en este tema, situación más que peligrosa y, desde luego, alarmante donde las haya. Internet y los amigos son las dos fuentes de información preferidas por nuestros jóvenes por lo que desde Farmacéuticos hemos decidido recopilar los datos más importantes con el objetivo de orientar tanto a estos chicos como a esos padres que se han podido quedar un poco obsoletos por el paso de los años.

Concepto y tipos de preservativos


Se le llama condón (Condom, higienista inglés del siglo XVIII al que se atribuye su invención), preservativo (que tiene virtud o eficacia de preservar en referencia a evitar la fecundación o el contagio de una enfermedad) o profiláctico (parte de la medicina que tiene por objeto la conservación de la salud y la preservación de enfermedades).

Existen dos tipos, el masculino y el femenino. El preservativo masculino es una funda que se ajusta sobre el pene erecto y el preservativo femenino es una funda que se inserta en el interior de la vagina cubriendo esta al mismo tiempo que los genitales externos de la mujer. En cuanto a su variedad en el mercado (material, grosor, largo, ancho, tacto, color, olor, efecto calor, efecto frio, efecto retardante, con o sin espermicida, etc.), es tan extensa que te recomendamos que eches un vistazo a cualquier tienda de venta de condones online para no tener que extendernos demasiado.

Los preservativos por regla general están hechos de látex, pero también existen de otros materiales como el poliisopreno para los casos de alergia al látex.

Eficacia del preservativo


Si se usan correctamente el riesgo de embarazo accidental se reduce a un 2% y en cuanto al riesgo de contagio de ETS (enfermedades de transmisión sexual) estamos hablando de un 3%. Debemos apuntar que como la mayor parte de estas enfermedades son asintomáticas, a menudo es imposible saber si alguien o incluso tú mismo tenéis una infección a menos que os hayáis realizado los análisis pertinentes. Por otro lado, es importante apuntar que muchas enfermedades se pueden contraer por simple contacto entre las áreas genitales, sin necesidad de la intervención de fluidos corporales, con lo que hay que tener en cuenta que el preservativo masculino no protege al escroto (testículos) ni evita ciertas infecciones mientras que el femenino sí.

A tener en cuenta


Si la vagina de la mujer no produce suficiente cantidad de lubricación natural se debe utilizar un lubricante para reducir la abrasión del preservativo, pero este lubricante debe tener una base acuosa y no oleosa, ya que estos últimos debilitan el látex y lo dañan tanto que pueden provocar su rotura.

La seguridad de un preservativo no depende de su grosor pero lo ideal es que un preservativo no quede flojo, ni estrecho, ni largo ni corto, que no haya sido expuesto a ningún tipo de fricción mecánica como por ejemplo cuando los llevamos en un bolsillo, ni a temperaturas muy altas como cuando se guardan en la guantera de un coche.

Importante también que no olvidemos que durante el acto sexual se segrega secreción de la uretra y que esta puede contener espermatozoides, motivo por el cual la llamada “marcha atrás” no siempre es efectiva.

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Advertencia

Este blog no es un consultorio médico. Si su salud requiere atención, por favor consulte con un profesional de la medicina o un farmacéutico.