Hace unos días estuvimos echando un vistazo a la lista de alimentos sospechosos de contener productos transgénicos de Greenpeace. De la lectura de esta lista roja se desprende que existen multitud de productos alimenticios sospechosos de emplear productos con OMG (Organismos Modificados Genéticamente), y que dichos productos están por todas partes. De cualquier forma, en farmacéuticos y salud nos hemos estado informando y existen algunas dudas sobre la forma en que las ONG Greenpeace elabora su guía roja de alimentos transgénicos.
Para los que desconozcan qué es un transgénico u Organismo Modificado Genéticamente (OMG), les diremos que son organismos vivos que han sido creados de forma artificial modificando sus genes. Está manipulación genética consiste en aislar el material genético (segmentos del ADN) de un ser vivo, ya sea virus, bacteria, vegetal o animal, e introducirlos en el de otro totalmente distinto. Uno de los ejemplos más ilustrativos de esta manipulación genética es el maíz transgénico que se cultiva en España, un maíz que lleva genes de bacterias que hacen que ese maíz produzca una sustancia insecticida que le hace más resistente ante los ataques de los insectos. Pero este no es el único ejemplo, ya que también han sido autorizados para el consumo alimentos como la patata y la soja transgénicas.
Lo que hacen en la ONG Greenpeece para elaborar su guía y lista roja es, sobre todo, preguntar a los fabricantes si utilizan o no productos OMG, y cuando los fabricantes no contestan, los productos en cuestión se convierten en sospechosos de tener transgénicos, pasando a formar parte de la lista roja.
Pero los consumidores también debemos saber que la Federación Española de Industrias de la alimentación y Bebidas (FIAB) recomendó a sus asociados no responder a Greenpeace por no estar de acuerdo con el método empleado para confeccionar la lista roja. Por este motivo, las grandes empresas y marcas alimenticias que han seguido el consejo de la mencionada federación, aparecen siempre en dicha lista.
Por otro lado, los alimentos que contienen productos transgénicos deben especificarlo claramente en el etiquetado, de no hacerlo sería ilegal, por lo que en farmacéuticos y salud nos inclinamos a pensar que son poco los fabricantes que incumplen la norma.
Además, la OCU analizó en 1999 un número importante de alimentos que contenían maíz o soja, y sólo se encontró soja transgénica en tres de ellos, un porcentaje realmente insignificante. Otro estudio realizado por este mismo organismo en 2002, en el que se analizaron setenta y cinco productos distintos, determinó que sólo uno de ellos contenía soja transgénica. Y en el último estudio realizado por la OCU en abril de 2009, no se detectó ningún alimento con OMG.
En conclusión, la realidad es que a día de hoy no son muchos los productos en el mercado elaborados con maíz o soja transgénicos, lo que sí que es cierto es que suelen utilizarse en la alimentación de animales.
Por último, sólo queremos mencionar que la ley obliga a declarar la presencia de transgénicos pero no la ausencia.
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sábado, 20 de noviembre de 2010
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