La gripe es una enfermedad que se contagia con facilidad y produce infecciones en el aparato respiratorio causando molestos dolores de garganta y cabeza, así como dolores musculares, tos, fiebre, irritación ocular, etcétera. La vacuna de la gripe no sólo protege de la enfermedad, reduciendo su impacto, sino que previene las complicaciones derivadas de la infección gripal en personas con enfermedades crónicas. Siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la vacuna está compuesta por las cepas del virus que, presumiblemente, van a circular durante el invierno. La gran mayoría de las personas que se ponen la vacuna, desarrollarán anticuerpos y estarán protegidos frente a la enfermedad.
Una vez que hemos cogido la gripe, ya la única solución es pasarla con paciencia o acudir a medicamentos antivirales como el Tamiflu. No obstante, la prevención de la gripe puede realizarse sin necesidad de recurrir a la vacuna. Estas serían las pautas que se deben seguir para evitar coger una gripe: