La escala más conocida que clasifica dichos grados es la denominada escala Hamilton-Norwood, escala que fue definida por el doctor James Bruce Hamilton a mediados del siglo pasado y que, posteriormente, fue ampliada por el dermatólogo O'Tar T. Norwood.
Grados de la calvicie masculina
Son siete los grados de la calvicie masculina establecidos por la escala Hamilton-Norwood, empezando desde el menos severo, cuando la alopecia aparece en la parte frontal del cuello cabelludo, y terminando por la fase más aguda, cuando solo se dispone de pelo sobre las orejas y en la zona de la nuca.
Tratamientos de la calvicie en base a su grado
Cada uno de estos grados debe tratarse adecuadamente y siempre con la supervisión de un médico. Si hacéis clic en el enlace anterior podréis acceder a una infografía muy interesante donde se explican los diferentes tratamientos existentes para cada uno de dichos grados, desde la aplicación del famoso Minoxidil hasta las modernas técnicas de microinjerto capilar.
Tipos de calvicie
Existen diferentes tipos de alopecia, la alopecia androgénica es la más común, pero la calvicie puede también ser de tipo cicatricial, de tipo traumático, de tipo autoinmune, causada por situaciones de estrés, con origen en determinados síndromes hereditarios, provocada por sufrir determinadas enfermedades sistémicas u originada por el consumo de drogas y fármacos.
En suma, la clasificación de tipos de calvicie es muy amplia y cada tipo de calvicie requiere un tratamiento u otro. Si estáis empezando a perder pelo y no sabéis de qué tipo de calvicie se trata, en este enlace podréis descubrir cuál es vuestro tipo de alopecia. Simplemente tendréis que realizar un pequeño test que no os llevará más de un minuto. Además, desde la misma página web donde realizaréis el test, podréis obtener información sobre los diferentes tipos de tratamiento.
Para terminar solo queremos emplazaros a que, si os habéis sometido a algún tipo de tratamiento contra la alopecia, nos hagáis llegar vuestra experiencia a través de los comentarios. Correr la voz sobre la eficacia o inutilidad de un determinado tratamiento es la mejor manera de que otros puedan tomar una decisión acertada.
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