
Estas medicinas actúan sobre las neuronas productoras de dopamina rejuveneciéndolas. El párkinson provoca la destrucción progresiva de estas neuronas que se localizan en una estructura del cerebro denominada sustancia negra. Cuando desaparecen la mitad de estas neuronas, empiezan a ser evidentes los primeros síntomas de esta enfermedad: temblores, rigidez o dificultad para caminar.
Los científicos de esta universidad descubrieron que estas neuronas, al envejecer, dependen cada vez más de los canales de calcio para continuar con su actividad normal. En experimentos con ratones con párkinson, comprobaron que al bloquear dichos canales con medicamentos para la hipertensión, las mencionadas células recuperaron su actividad neuronal. Todo esto supone que el uso de estas medicinas puede ser una nueva estrategia que podría retrasar o paralizar la progresión del párkinson, según señala James Surmeier responsable del grupo científico que ha realizado la investigación.
Se trataría de empezar a tomar estos medicamentos antes de que la enfermedad aparezca o deteriore un gran número de neuronas dopaminérgicas, previniendo la aparición del párkinson. Sería semejante a tomar una aspirina infantil a diario, como ya hacen los enfermos del corazón.
Hoy la levodopa es el principal fármaco para tratar el párkinson. Este medicamento mejora los síntomas en las primeras fases del párkinson, pero pierde eficacia a lo largo del tiempo. A medida que la enfermedad avanza se necesitan más dosis y aumentan los efectos secundarios. Es por eso por lo que se trata de la primera vez que se podría contar con un tratamiento verdaderamente eficaz para prevenir o evitar el avance de esta devastadora enfermedad, el párkinson.
Fuente: Nature.
0 comentarios :
Publicar un comentario